lunes, 25 de abril de 2011

Organizaciones que se atreven a desafinar (1 de 2)

En la literatura sobre gerencia se habla de prácticas organizacionales positivas. Este nuevo modelo plantea una noción de desempeño que integra la eficiencia, la realización personal de los integrantes de la organización y el bienestar colectivo.
En Venezuela, donde los diagnósticos sociales se focalizan en lo que está mal y terminan presentándonos como un colectivo enfermo y sin redención posible, puede parecer un contrasentido hablar de prácticas organizacionales positivas. Sin embargo, hay organizaciones que se han atrevido a cuestionar supuestos como éstos, han sido capaces de “pensar diferente”, y confiaron en que es posible hacer que suceda lo extraordinario positivo. 
Algunos ejemplos de este tipo de prácticas son:

           Venequip, representante de Caterpillar en Venezuela, incrementó sustancialmente su facturación al transferir el servicio técnico a sus antiguos empleados bajo un esquema de cooperativas, una de las cuales está certificada, por esa multinacional, entre los cinco mejores centros de servicio del mundo por la calidad de su trabajo (Montesinos, 2005).
           El grupo de Empresas Mendoza mejoró el futuro a las familias de más del 80 por ciento de sus trabajadores al asegurarles el acceso a vivienda propia, sin sacrificar rentabilidad y eficiencia (Gómez, 2006).
           Ascardio, en Barquisimeto, brinda servicios de calidad en cardiología a pacientes de estratos sociales diferentes, a la vez que procura oportunidades de desarrollo profesional a su personal (Malavé, 1995).
           Ferreandina, en Valera, una pequeña ferretería y venta de materiales de construcción, ofrece a los empleados y obreros la posibilidad de adquirir vivienda; y a sus hijos, la oportunidad de proseguir estudios universitarios, mientras ve crecer su oferta de productos y servicios año tras año (Bravo, 2008).
           En las cárceles venezolanas se han creado redes de solidaridad, organizadas entre los presidiarios y entre sus familiares, para hacer más llevadera la dura vida de las prisiones y suplir las deficiencias de nuestro sistema penitenciario.
Estas experiencias constituyen ejemplos de prácticas organizacionales peculiares, y hasta curiosas. Pero, ¿qué tienen de especiales?, ¿por qué llaman la atención? Porque contrario a lo que muchos esperan de una organización típica, estas prácticas no sólo contribuyen a la eficiencia en el manejo de los recursos o a la producción de beneficios económicos, sino que también inciden favorablemente en la vida de las personas que integran esas organizaciones, e, incluso, benefician al colectivo. 
Un enfoque sugerente y poderoso
Conductas como las descritas han dado origen a la noción de prácticas organizacionales positivas, para dar cuenta de aquellos procesos o rasgos organizacionales formales o informales que, al cultivar virtudes personales o colectivas, contribuyen a la realización personal, al bienestar social y a la eficiencia organizacional, por lo que elevan el desempeño de la organización (ver figura). 

Figura 1. Prácticas positivas en las organizaciones
Este diagrama ilustra la manera en que operan o se dan las prácticas positivas dentro de un contexto organizacional. Especial atención merece la noción de desempeño planteada en el modelo, pues integra, colocándolos al mismo nivel y en una relación de refuerzo mutuo, la eficiencia (incluyendo el lucro), la realización personal de los integrantes de la organización y el bienestar colectivo.
Las prácticas organizacionales positivas pueden caracterizar a toda una organización, o a una parte de ella; incluso, a un ámbito o unidad de una organización “perversa”. Por ejemplo, en una cárcel venezolana es posible encontrar que los presidiarios se organizan para atender enfermos y heridos, los familiares extienden la visita a aquellos que no tienen familia y algunos empleados han sido capaces de llevar computadores de su propiedad a las oficinas, para realizar mejor su trabajo.
En las empresas venezolanas, encontramos ejemplos concretos de prácticas positivas, en áreas organizacionales diversas y con grados de complejidad e impacto diferentes:
           Toma de decisiones participativas: durante la crisis económica generada por el paro del año 2002, ante el dilema de cerrar o disminuir su personal, la empresa Sofos, dedicada a las tecnologías de información, optó por analizar el problema con sus empleados e idearon un esquema de reducción del pago de salarios que permitió que todos mantuvieran sus empleos. Así, los trabajadores y sus familias conservaron su estabilidad; y la empresa preservó el conocimiento de personal especializado a la vez que ganó el compromiso de sus empleados (Viana, 2005).
           Reclutamiento y selección: una empresa que opera en el mercado mayor de Coche, como respuesta a los constantes hurtos de mercancía, decidió dar trabajo a un grupo de expresidiarios habitantes de la zona, que se encontraban sin empleo. Brindaron una oportunidad de reinserción a estas personas, al mismo tiempo que incrementaron el nivel de seguridad y redujeron el número de hurtos.
           Estilos de dirección y liderazgo: Alfonzo Rivas es una empresa con una fuerte orientación hacia resultados, para la cual los valores familiares son medulares y los cultivan como parte esencial de la cultura de la empresa. Cuando un empleado debe atender un compromiso familiar – por ejemplo, asistir a un acto escolar –, hasta el gerente general de la empresa está dispuesto a asumir las responsabilidades necesarias para cumplir con las actividades programadas, de forma que el empleado pueda acompañar a sus hijos. Esto eleva el compromiso y la satisfacción laboral y favorece el trabajo en equipo y la comunicación.
           Entrenamiento, supervisión, evaluación y compensación: reconocer el esfuerzo de los integrantes de una organización y su aporte a los resultados de la empresa, independientemente del cargo que ocupan, es lo que hacen en Ferreandina, una ferretería y venta de materiales de construcción con 18 empleados, en su mayoría obreros. Invierten en este personal, por ejemplo, mediante cursos de atención al cliente y planes de mejoramiento de lectura. Contemplan el pago de salario variable en función de la productividad y trato al cliente. En retribución, las ventas se han incrementado y los obreros perciben mayores ingresos, lo que les ha permitido mejorar sus condiciones de vida, en algunos casos, tener vivienda propia.
Experiencias como estas muestran que la eficiencia de una organización no está reñida con la realización personal de sus integrantes ni con el beneficio colectivo. Antes bien, estos tres elementos elevan el desempeño organizacional. Empresas como las citadas colocan la solidaridad y el bienestar de su personal al mismo nivel que sus resultados financieros. Su noción de éxito empresarial incluye estos dos aspectos.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo. Lo compartiré en la empresa donde laboro. Saludos

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  2. Hola profe, me gusto el este articulo, también lo voy a compartir en la empresa donde trabajo.

    Saludos.

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