martes, 14 de febrero de 2012

Lo positivo de las prácticas positivas


   Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, 
y desdeñar el cultivo de las que posee
Marguerite Yourcenar

En entradas anteriores se ha mencionado el término «prácticas organizacionales positivas», para significar cierto tipo de prácticas que se dan en el ámbito de las organizaciones. Estas prácticas positivas son procesos o rasgos organizacionales formales o informales que, al cultivar virtudes personales o colectivas, contribuyen a la realización personal, al bienestar social o la eficiencia organizacional (Cameron et al, 2003), según se muestra en la siguiente figura:

Figura 1. Prácticas Organizacionales Positivas
Fuente: Bravo y Piñango (2009)
Estas prácticas positivas pueden presentarse en un equipo de trabajo, un departamento o darse a lo largo de toda la organización. Su estudio sistemático ha dado origen a una nueva disciplina, cuya principal particularidad es poner la lupa en las conductas recurrentes que contribuyen tanto al beneficio económico de las organizaciones como al bienestar de los individuos que las integran y al beneficio de la sociedad en la estas organizaciones operan.

El estudio de las prácticas organizacionales positivas plantea un giro en la manera cómo se entiende el éxito empresarial, así como en la forma en que se caracterizan las organizaciones, las relaciones entre las organizaciones y sus integrantes y las relaciones interpersonales de sus integrantes.

Un vistazo a su origen
El estudio de las organizaciones positivas está vinculado a otras ciencias sociales, de las que toma parte de sus presupuestos, en particular a la Psicología Positiva y la Indagación Apreciativa. La suposición básica de la Psicología Positiva es que la bondad y la excelencia no son ilusiones sino estados auténticos y modos de ser que pueden ser analizados y alcanzados.  Esta disciplina reacciona a la tendencia que dio a la psicología un enfoque exclusivamente terapéutico – centrado en lo negativo o patológico, para la búsqueda de una cura –, que llegó a negar la existencia de rasgos como el altruismo, el coraje, la esperanza o el optimismo y que ahora vuelve la mirada sobre rasgos como éstos y fenómenos y experiencias positivas como la felicidad, el placer, la alegría y la satisfacción (Seligman y Peterson, 2004).

Por su parte, la Indagación Apreciativa está referida a un cúmulo de prácticas de cambio que descansan en la premisa de que el deseo de mejorar la condición humana es universal y la capacidad de hacerlo está latente en la mayoría de los sistemas. Así, todas las organizaciones tienen un núcleo positivo, que si es revelado y estimulado, libera energía positiva y produce mejoras. El proceso de cambio comienza por identificar picos de desempeño pasados, éxitos y aspiraciones positivas para el futuro, lo que prepara a las personas para realizar las tareas necesarias para alcanzar los objetivos propuestos.

El estudio de las prácticas positivas da un giro a la manera en que se caracterizan las organizaciones, sus indicadores clave de desempeño, las personas dentro de ellas, las interrelaciones entre sus integrantes y los temas de investigación del área de las organizaciones (ver la siguiente tabla).

Dos puntos de vista
Fuente: Elaboración propia a partir de Cameron et al (2003)
 Y esto, ¿qué incidencia tiene en las organizaciones?
¿Qué hace que valga la pena indagar sobre estas prácticas positivas?, pues bien, las organizaciones pueden derivar beneficios de la perspectiva ofrecida por esta línea de investigación que se traducen en desempeños extraordinarios. Uno de los fundadores de esta línea de investigación, Kim Cameron (Bernstein, 2003), caracteriza este campo de estudio como sigue:

La nueva perspectiva está guiada por valores, y se focaliza en las dinámicas organizacionales que conducen al desarrollo de fortalezas humanas, promueven la vitalidad y la prosperidad en los empleados, hacen posible la resiliencia y cultivan el desempeño individual y organizacional extraordinarios. Lo positivo alude precisamente a esa orientación en valores de la abundancia y lo virtuoso.
A las dinámicas organizacionales que conducen al desarrollo de fortalezas las llama “dinámicas generativas”, precisamente por los resultados que generan. Cameron sostiene que al enfocarse en las dinámicas generativas de las organizaciones, la línea de estudio sobre prácticas positivas provee una visión expandida acerca de cómo las organizaciones pueden crear ventajas competitivas sostenibles sobre la base de  capacidades colectivas construidas a partir de elementos como la creación de significado, la transformación de las relaciones, el cultivo de emociones positivas y el desarrollo de conexiones de calidad. Este marco conceptual ofrece, además, una base para la comprensión de cómo y por qué las estrategias organizacionales tienen sus efectos sobre el comportamiento humano en el lugar de trabajo y por qué algunas estrategias y capacidades son más efectivas que otras.

Se ha documentado muchos ejemplos de este tipo de prácticas y sus efectos en las organizaciones. El artículo titulado “Organizaciones que se atreven a desafinar” ofrece una serie de ejemplos venezolanos, de cómo las prácticas positivas han contribuido a crear culturas organizacionales que promueven desempeños extraordinarios y resiliencia, dos resultados muy deseados en entornos turbulentos que plantean grandes desafíos y como los que enfrentan las organizaciones en la actualidad.

Referencias
Bernstein, S. (2003). “Positive Organizational Scholarship: Meet the Movement”. Entrevista con Kim Cameron, Jane Dutton y Robert Quinn. Journal of Management Inquiry.
Cameron, K. S., Dutton, J. E., y  Quinn, R. E. Editores (2003). Positive Organizational Scholarship: Foundations of a New Discipline. Berrett-Koehler Publishers Inc., San Francisco, CA.
Peterson, C., Seligman, M.E.P. (2004). Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification. Washington, D.C.: APA Press and Oxford University Press.

1 comentario:

  1. Gracias, la información es muy dinámica, con referencias contemporáneas y sobre todo abren el espacio a nuevos entendimientos de las organizaciones vivas.

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