¿Cuántas
horas a la semana dedicas a reuniones de trabajo?, y de esas horas, ¿cuántas
son realmente productivas?
Hace
algunos años, Microsoft realizó una encuesta entre su fuerza de trabajo, el Microsoft
Office Personal Productivity Challenge (PPC). Esta encuesta, que recogió las
respuestas de más de 38.000 personas
en 200 países, buscaba valorar la productividad de los
trabajadores sobre la base de las respuestas ofrecidas
para 18 ítems relacionados con sus prácticas de trabajo.
Según
esta encuesta, son cuatro los factores que más atentan contra la productividad:
los objetivos poco claros, la falta de comunicación en los equipos, las reuniones ineficaces – elegida por un 32% de
los encuestados– y las prioridades poco claras.
Los encuestados
declararon trabajar unas 45 horas a la
semana, en promedio. De esas 45 horas, 5.6 (12,4%) las
dedican a reuniones de trabajo, consideradas como improductivas por el 69% de los
participantes en el estudio. Estas 5,6 horas semanales de tiempo improductivo podrían
convertirse en 12 días adicionales de
vacaciones pagadas al año para cada uno de esos
empleados.
Por
su parte, la compañía Group Vision, empresa dedicada a la facilitación de reuniones de trabajo, estima que las compañías Fortune 500 gastan un estimado de USD 75 millones al año en
reuniones, de manera que, la próxima vez que convoque a una reunión, saque la
cuenta del costo que representa para su organización y haga su mejor esfuerzo
por hacerla productiva.
Por
supuesto no todas las reuniones son inútiles o improductivas, por el contrario,
la reunión es una excelente herramienta para la colaboración, imprescindible
para el rendimiento de los equipos de trabajo, sin embargo, no se le da el uso
apropiado y con frecuencia se manejan con gran improvisación. Como cualquier
herramienta, las reuniones de trabajo requieren algún tipo de técnica para ser
utilizadas con eficacia. La falta de técnica en las reuniones de trabajo es
responsable de su improductividad.
Algunas
recomendaciones para mejorar sus reuniones de trabajo se ofrecen a
continuación:
Con
respecto a la organización:
- Conozca y declare el objetivo de la reunión y su resultado esperado. Quiere brindar información, recoger pareceres, tomar una decisión o plantea realizar una tormenta de ideas. Aunque parezca obvio, la primera condición para conseguir una meta es tenerla clara y hacerla del conocimiento de aquellos que le ayudarán a alcanzarla.
- Haga la convocatoria con, al menos, una semana de anticipación. Reserve las convocatorias de última hora para urgencias reales. Así, los invitados podrán incluirla en sus agendas y usted contará con la asistencia de las personas relevantes para su objetivo.
- Asegúrese de convocar únicamente a los interesados en el tema que tratará. La eficacia de una reunión tiene mucho que ver con el compromiso de los participantes hacia el resultado. Un grupo muy grande puede ser señal de que la reunión tiene un objetivo muy ambicioso.
- Prepare la agenda de la reunión y hágala circular varios días antes de celebrarla. El 63% de las reuniones que se celebran fracasan por no tener una agenda prevista. A menos que necesite la sorpresa, contar con la agenda previamente, permitirá a los asistentes prepararse para la reunión y sugerir algún punto de atención relacionado. La agenda, además, le ayudará mantener la atención en el propósito de la reunión. ¡Ah! Y nunca olvide incluir recesos para que las personas puedan distenderse, ir al baño, contestar alguna llamada…
- Comience a la hora prevista y termine a la hora prevista. Respete el tiempo de los demás. Si espera por los demorados, estará penalizando a los puntuales y sentará un precedente indeseable. Si alarga la reunión, podría estar colocando a los asistentes en la incómoda situación de decidir dejar la reunión antes de finalizada, en caso de que tuvieran otro compromiso. Importante, no comience una reunión muy tarde.
- Establezca acciones y responsables. Nunca olvide establecer, de manera explícita, cuáles son las acciones derivadas de la reunión, quiénes están encargados de ejecutarlas y quiénes deberán ser informados de los progresos. A menos que lo haga no podrá asegurar que alguien está haciendo lo requerido para alcanzar el objetivo propuesto.
- Haga partícipes del seguimiento de los acuerdos y las acciones derivadas a los asistentes. Nunca suponga que las cosas marcharán por sí solas, hace falta hacer seguimiento a los compromisos. Notificar a los asistentes de los progresos incrementará su compromiso con las acciones que les fueron asignadas y les mostrará que la reunión verdaderamente tenía un propósito.
Con respecto al desarrollo de la reunión:
- Procure mantener fuera de la reunión teléfonos celulares y otros dispositivos de comunicación que puedan distraer a los participantes.
- Prefiera mesas redondas a las mesas rectangulares. Las primeras favorecen la colaboración.
- No permita que ninguno de los asistentes, particularmente el organizador, monopolice la reunión. Si alguien habla mucho, es una mala señal.
- Aventúrese a utilizar estrategias novedosas como técnicas de pensamiento visual, pídales a los participantes que dibujen, que escriban o diagramen sus aportes. Todo eso ayuda a involucrar a los participantes en la construcción de un resultado concreto.
- No permita que las opiniones sean presentadas como si fueran hechos.
- No permita que las personas sean interrumpidas por alguien más. Establezca el respeto hacia los demás y lo que tengan que decir.
- Tome nota de los acuerdos y acciones derivadas y hágalo llegar a los asistentes.
No es de extrañar
que muchos consideren que las reuniones son una pérdida de tiempo cuando la
única preparación para participar que se tiene es apuntarla en la agenda. Los
resultados los producen las personas comprometidas con problemas reales, que trabajan
juntos para elaborar una visión nueva y creativa. El verdadero reto es crear
una atmósfera que favorezca la participación y el compromiso entre los
asistentes.
Hola Olga, como siempre muy interesante tu artículo. En mi experiencia nos ha funcionado hacer un pequeño manual de reuniones donde todas esas reglas quedan plasmadas, así como los formatos de agenda y minutas que se deben utilizar. Esta herramienta ayuda a que toda la audiencia esté enterada y sepa como conducirse en las reuniones.
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