Foto de Nick Fewings para Unsplash
He estado escribiendo,
sólo que otras cosas, posts de IG (son cortitos, pero cuentan), propuestas de
consultoría, un documento de proyecto… estos dos últimos no pueden publicarse
porque median compromisos de confidencialidad. Hoy he vuelto a escribir en el
blog para compartir algunas apreciaciones sobre la creatividad que he recogido
de mi observación personal.
Conviene aclarar que hace días que no escribo
en el blog, pese a mi reto incumplido de escribir 2.000 palabras diarias por tres
meses, si embargo, sí he estado escribiendo, sólo que otras cosas, propuestas
de consultoría, posts de IG (son cortitos, pero cuentan), un documento de proyecto…
La verdad es que no haber cumplido el reto,
no me desanima, seguiré escribiendo cada vez que pueda. Hoy, por ejemplo,
quiero escribir sobre el proceso creativo o, mejor dicho, sobre lo que he
observado del proceso creativo.
Comenzaré por ofrecer una definición de
creatividad. Más que una definición, se trata de fijar algunos límites con el
fin de intentar tener un entendimiento común con mis posibles lectores sobre lo
que es la creatividad.
La creatividad es la habilidad de proponer
pensamientos originales y soluciones novedosas. No es necesario que sea algo
completamente nuevo, puede ser combinaciones nuevas de cosas ya sabidas.
En este último año he tenido la ocasión de
conocer y conversar con creadores, la mayoría de ellos del diseño gráfico, jóvenes
y sumamente talentosos. Publican sus obras en las redes sociales, por lo que es
sencillo seguir la pista a su evolución. Publican, además, videos de la forma
en que hacen su trabajo, así que, a pesar de la brevedad de esos videos, es
posible inferir algunas cosas sobre la manera en que fluye o transcurre su proceso
creativo.
Con alguna frecuencia, les escribo para
corroborar mis impresiones sobre la manera en que el proceso creativo
transcurre para cada uno de ellos – esa es la otra ventaja de las redes
sociales, puedes estar en contacto con ellos, sin importar cuán famosos e
inaccesibles parezcan – y lo mejor de todo es que me responden.
Comparto con ustedes algunas de las
impresiones que he validado con varios de ellos:
1.
La creatividad es un músculo: una querida amiga suele repetir esa frase. Es su manera de decir que
la creatividad se ejercita y que, en la medida en que se ejercita se gana
destreza, es decir, se es más creativo o cuesta menos serlo.
2.
Las personas creativas
buscan ideas y también las reciben. Solemos pensar
que la creatividad es algo que “llega”, sin saber cómo, la visita de las musas.
Esto es diferente de lo que acabo de decir en el punto 1. Lo cierto es que suceden
las dos cosas, incluso en la misma persona.
3.
Hay una tercera vía de
acceso a la creatividad. La descrita por Picasso en
su frase “yo no busco, encuentro”, frase ésta que refleja lo que llamamos
apertura mental. Cuando buscamos algo tenemos sesgos, una idea previa de lo que
queremos, que nos impiden ver otras cosas. Cuando estamos abiertos, dispuestos
a dejarnos impresionar por lo que hay y sucede a nuestro alrededor, podemos
descubrir cosas maravillosas, como la cinta velcro. Todo aquello que llama
nuestra atención lo hace por algún motivo, porque reconocemos en ello un valor.
Este es el supuesto tras los “diarios de creatividad”, una costumbre que consiste
en anotar todo aquello que nos sorprende, nos contraria, que nos atrae.
Las personas creativas “ven” las cosas de forma diferente. Allí donde la mayoría de nosotros vemos material de embalaje, una persona creativa puede ver flores de anime o un mural. Son observadores, son capaces de separar o “desdoblar” un objeto o situación en perspectivas diferentes. En el caso del material de embalaje, en lugar de verlo como tal lo ven como algo que, además de tener un propósito o fin para el que fue hecho, tiene una forma, que no sólo da respuesta al fin para el que fue creado – proteger un producto – sino que puede ser empleada para fabricar flores decorativas.
2.
La creatividad se manifiesta
de muchas maneras. Es diferente la forma en que la
expresa un diseñador gráfico a un músico o una ama de casa que debe rendir el
presupuesto o preparar una comida con los víveres que tiene a su disposición.
En cada caso, sus propuestas, sus decisiones y sus conductas reflejan
creatividad.
3.
Todos somos creativos. Muy relacionado con el anterior, todos somo creativos de una
manera o de otra. Lo que sucede es que estamos muy acostumbrados a relacionar
la creatividad con ciertas actividades, como las artes, el diseño o la
publicidad. Sin embargo, resolver conflictos requiere de mucha creatividad, lo
mismo que resolver problemas cotidianos en casa o dar respuestas satisfactorias
a un cliente molesto o insatisfecho.
¿Me cuentas cuáles son tus impresiones
sobre la creatividad?