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En casa, sentados
frente a nuestras computadoras y teléfonos celulares, creemos que ya “sabemos”
teletrabajar. Una apreciación desacertada e infeliz. Si sientes que el trabajo
remoto te agobia, te hace sentir miserable, te esclaviza o te resta
productividad, este artículo es para ti.
Fuimos “lanzados” al trabajo remoto por las
medidas de protección de la pandemia, distanciamiento físico y confinamiento.
En casa, sentados frente a nuestras computadoras y teléfonos celulares, tanto
las personas como las organizaciones creen que la tarea está hecha, que ya
sabemos cómo teletrabajar. Una apreciación desacertada e infeliz, que está
generando muchos problemas. Veamos.
Trabajar en remoto, o teletrabajar, es
mucho más que sentarnos frente a una computadora en una ubicación diferente a
la oficina, trabajar en remoto supone una forma diferente de trabajo de la
modalidad presencial.
Si sientes que el trabajo remoto te agobia,
te hace sentir miserable, te esclaviza o te resta productividad, este artículo
es para ti.
Cuestión de adecuación
Si necesitas aflojar un tornillo con la
cabeza estriada puede que utilices un destornillador plano, sin embargo, el
resultado no siempre es satisfactorio: te toma mucho más tiempo hacerlo y, en
muchos casos, terminar aislando el tornillo porque destruyes la estría de su
tope. Estás utilizando la herramienta equivocada.
Lo mismo sucede con el teletrabajo, si
pretendes hacer las mismas cosas que haces cuando compartes la misma ubicación
física de tus compañeros de trabajo, el resultado no será satisfactorio. Tu jornada
de trabajo parecerá interminable, quedarás mal ante tus compañeros todo el
tiempo, sentirás que ellos son desconsiderados porque no reconocen tus ingentes
esfuerzos para darles respuesta; o sentirás que los demás te ignoran o
desestiman tus solicitudes. Verás tu productividad y la de tu equipo reducirse.
Te sentirás perdido, no sabrás cómo van los demás, incluso, es posible que te
preguntes si los demás están haciendo su parte del trabajo.
¿Seguiremos teletrabajando?
Una encuesta realizada en abril por Gartner
reveló que el 75% de los Chief Financial Officers o directores de finanzas
de las empresas consideraban que una parte de los empleados de sus
organizaciones continuarían trabajando desde sus casas. Por su parte, Gallup
encontró que el 60% de las personas quería continuar teletrabajando luego de la
pandemia. De forma que la respuesta apunta a que sí, seguiremos teletrabajando.
Iniciativas
de dos años
Para implementar teletrabajo en tiempos
previos al Covid19, las empresas ejecutaban proyectos completos de unos dos
años de duración, incluyendo una prueba piloto, antes de ofrecer esta modalidad
de trabajo de forma general a sus integrantes. Sin embargo, en esta oportunidad,
la mayoría de las empresas que envió a casa a sus integrantes no estaba preparada
para hacerlo, ¿acaso esos dos años eran innecesarios?
Esos dos años servían para garantizar el
cumplimiento de la normativa legal, además de dar respuesta a preguntas cómo:
¿quién paga qué?, ¿cómo aseguraremos cumplimiento?, o lo que es lo mismo, ¿cómo
hacer seguimiento?, ¿cómo asegurar la coordinación cuando no estamos en la
misma localidad?, ¿cómo decidir quién puede y quién no puede teletrabajar?,
¿cómo compensar a quienes no son elegibles por la naturaleza de la tarea que
desempeñan?, ¿cómo garantizar la seguridad de los datos e información de la
organización?, ¿cómo evitar que las personas se desmotiven o se deteriore el
sentido de pertenencia y se diluya la cultura?, ¿cómo revocar el beneficio en
caso de que se decida hacerlo?
¿Sabemos cómo teletrabajar?
La mayoría de las personas “aprendieron
haciendo” durante la primera fase de la crisis o recibieron una capacitación
“rápida e incompleta”. El trabajo remoto seguirá planteando desafíos que exigen
mejorar nuestras habilidades, por ejemplo, las fuerzas de ventas tendrán que
pasar de organizar reuniones de video a gestionar las relaciones con los
clientes de forma eficaz en entornos remotos.
Para que el teletrabajo no se convierta en una
telefrustración, es preciso darle la formalidad que requiere, para lo que
conviene:
•
Dar cumplimiento a la normativa
legal.
•
Identificar cuáles son las tareas
que pueden realizarse en remoto.
•
Definir una política que
establezca, entre otros, modalidades de trabajo (remoto, presencial, híbrida), horarios
de conexión, acuerdos de servicio, criterios de elegibilidad, servicios de
apoyo, contribución de cada una de las partes, límites de responsabilidad,
expectativas claras…
•
Diseñar procedimientos de oferta,
solicitud y revocación del beneficio.
•
Contar con una metodología de
trabajo que asegure la coordinación efectiva de los equipos de trabajo.
•
Definir el perfil de
competencias del teletrabajador.
•
Contar con programas de
capacitación y transferencia/consolidación de las competencias, técnicas y
metodología de trabajo requeridas.
•
Definir un caso de negocio que permita
visibilizar los beneficios de esta modalidad de trabajo en términos
financieros.
•
Contar con un comité de
teletrabajo que se encargue, entre otros de: definir la política, asegurar el
diseño de los procesos y procedimientos, identificar las tareas elegibles y los
criterios de elegibilidad de las personas que opten por este beneficio, así
como el caso de negocio y el seguimiento de la iniciativa.
El teletrabajo reporta beneficios para las
personas, organizaciones, sociedad y ambiente… siempre que se haga bien.
Esta etapa que vivimos de distanciamiento y falta de gasolina me ha tocado ser colaboradora en una empresa donde es ya un reto contar con la mejor tecnologia, y son mas reactivos que proactivos y sin embargo se han visto en la necesidad de utilizar el teletrabajo donde el pepr enemigo ha sido la señal de Internet. Sin embargo, he podido de observar de cerca el tele trabajo de quienes me acompañan en casa, un Contralor de una empresa dw consumo masivi trasnacional y una gte de marketing de una empresa nacional de consumo masivo. Wao! Trabajan entre 8 y 10 horas diarias, reuniones en español, ingles, frances. Es impresionante las reuniones a traves del mundo creando ideas e iniciativas planificando años venideros. Se requieren definitivamente competencias duras y sobretodo blandas para mantener disciplina profesional y personal, enfoque, liderazgo y empatia, indispensables pra motivar equipo, exhaustivo control de indicadores sobretodo de cumplimiento de objetivis vs resultados vs rentabilidad vs direccionamiento de estrategias. La posibilidad de encontrar en esquemas tan adversos cimi el venezolano actitudes descuidadas que si no se atajan pueden conllevar al fracaso definitivo
ResponderEliminarMuy interesante lo que refieres. Contar con la tecnología de punta no es garantía de utilizarla bien, por eso sostengo que el teletrabajo, y la transformación digital, tiene mucho más de humano que de tecnológico.
ResponderEliminarEl trabajo excesivo es señal de fallas en la coordinación del trabajo. Como señalas hacen falta competencias duras y blandas.
Creo que el tema del teletrabajo tiene mucho camino que andar. Es cierto que, debido a la pandemia, su práctica se ha generalizado, sin embargo, también se ha colocado como una opción excluyente del trabajo presencial y esa es una aproximación errónea. Tenemos que aprender a trabajar a distancia tanto como presencialmente.