miércoles, 26 de junio de 2019

Del saludo y el desempeño en entornos desafiantes

Como parte de mi trabajo, suelo documentar casos de organizaciones que salen adelante en entornos turbulentos como el actual.

Mientras revisaba algunos de esos casos, me percaté de una coincidencia entre ellos. Se trataba de una práctica – vale decir, una conducta recurrente –, realizada por parte de los directivos de estas organizaciones, una práctica tan sencilla como poderosa y, aunque casi pasa inadvertida por parecer anecdótica, ha mostrado tener una incidencia favorable y decisiva en el desempeño extraordinario de esas organizaciones.

Se trata de SALUDAR. Sí, aunque saludar suene intrascendente, luego de investigar en profundidad, he encontrado que, el saludo, ha sido materia de estudio de parte de disciplinas como la antropología, sociología, psicología, entre otras. 



Las virtudes del saludo
El saludo es mucho más que una formalidad, es un ritual de aproximación en el que dos o más actores participan cara a cara, en forma cortés. Está presente en todas las culturas, fomenta una buena relación entre quienes participan en él, contextualiza, define actitudes.

El saludo materializa vínculos sociales y afectivos entre los actores, quienes, despojados de títulos o diferencias de cualquier tipo, se colocan a un mismo nivel para validar la relación entre ambos.

Para Douglas Conant, quien fuera presidente de Campbell Soup Company por una década, recorrer todas las mañanas la planta, saludar a las personas, conocerlas, aprender sus nombres y el de sus familiares, se convirtió en un ritual que le permitió conectarse física y psicológicamente con los integrantes de la empresa.

Para Conant, el tiempo y esfuerzo invertidos en sus rondas matutinas era el vehículo para reconocer las contribuciones de las personas, escuchar mejor, respetar el tiempo de los demás y hacer que los integrantes de la empresa se sintieran valorados. A ese ritual de las mañanas lo llamó “puntos de contacto” y fue uno de los pilares sobre los que descansó el giro de la empresa hacia un desempeño extraordinario. En palabras de Conant, “para ganar en el mercado, creemos que primero se debe ganar en el lugar de trabajo. Estoy obsesionado con mantener el compromiso de los empleados al frente y en el centro y mantener la energía a su alrededor”.

El respeto es un poderoso motivador
Conant no está equivocado, las personas ponen más empeño en el trabajo si piensan que la gerencia se interesa por su bienestar y los supervisores les prestan atención especial. Un estudio sobre una muestra de más de 20.000 empleados señaló que los trabajadores que se sentían respetados por sus líderes registraron 56 por ciento mejor salud y bienestar, 89 por ciento mayor disfrute y satisfacción, 92 por ciento mayor enfoque y priorización, 26 por ciento más significado e importancia, y 55 por ciento más compromiso. Ser tratados con respeto tuvo un efecto más poderoso en los empleados que otros comportamientos de liderazgo más celebrados, incluido el reconocimiento y la apreciación, la comunicación de una visión inspiradora, la realimentación útil, incluso las oportunidades de aprendizaje, crecimiento y desarrollo.

El saludo construye sentimientos de gratitud cuando su intención es la de manifestar un genuino interés por el otro, y desearle el mejor de los días posible, lo que refuerza las relaciones interpersonales, particularmente en el entorno venezolano. En una lista de 24 fortalezas de carácter medidas por la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva, la gratitud se erige como la más apreciada entre los venezolanos, y constituye un recurso sumamente valioso al momento de establecer relaciones de calidad con las personas o matizar la ausencia de otras fortalezas de carácter, como el perdón o el autocontrol, ubicadas en los lugares 21 y 24 de la medición, respectivamente.

Mucho más que un saludo, una dinámica de encuentro

Para aquellos líderes/gerentes que deseen cultivar relaciones de corresponsabilidad, colaboración, compromiso y respeto, tan valiosas en el momento actual, la práctica del saludo es una forma eficaz de:

  • Manifestar a sus colaboradores interés y reconocimiento genuinos.
  • Crear un espacio para acercarse a ellos, escucharlos, comprender sus necesidades y aspiraciones, y contribuir a alinearlas con los objetivos de la organización.
  • Modelar interacciones sociales respetuosas, cercanas y orientadas a la productividad, que apoyen la construcción de relaciones de calidad entre los compañeros de trabajo.
  • Cultivar los valores y la cultura que la organización desea promover.
  • Recordar los objetivos de la organización, animar su consecución o rectificar a tiempo cualquier desviación.
  • Favorecer la creación de un clima que apoya el trabajo en equipo y el compromiso organizacional.
  • Mejorar la coordinación del trabajo, lo que incrementa la eficacia y reduce los fallos.

Suele desestimarse el potencial que tiene para la organización y su productividad la construcción de relaciones de calidad entre los empleados, a partir de gestos tan sencillos como el saludo y la demostración de interés sincero por los demás. La invitación a los lectores es que revisen lo que hacen en la actualidad y lo que pudieran comenzar a hacer, sobre todo si han decidido permanecer en Venezuela.

(Para ampliar los conceptos aquí reseñados ver el artículo publicado en la revista Debates del IESA)

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